Don’t
starve
Los primeros instantes en este
juego pueden ser abrumadores, pero no caigamos en el temor a lo desconocido.
Muy probablemente antes de saber que estamos haciendo aquí ya haya caído la
noche y la primera muerte nos habrá alcanzado.
Mediante aproximaciones cortas
iremos entendiendo que, tal y como nos explica Kevin Forbes, uno de los
creadores de Don’t Starve, el juego goza de una profunda influencia de
Minecraft. Conseguir recursos se convertirá en una tarea primaria para
sobrevivir en el bosque. Necesitaremos un fuego para ahuyentar los peligros de
la noche, herramientas, armas, accesorios, mejoras, etc. A su vez, y como el
propio nombre del juego indica, deberemos evitar morir de hambre, por lo que
conseguir comida se convertirá en sí mismo el medio y el fin de Don’t Starve.
Para conseguir alimento, en muchos casos, deberemos dar muerte a la presa, con
el peligro que esto conlleva. No hablamos de amorosos y tiernos conejitos, que
también, sino de repugnantes monstruos que acabarán con nosotros en muchos
casos.
Aquí radica una de las
principales virtudes de Don’t Starve. El juego en ningún momento nos obliga a
avanzar en aras del progreso como superviviente, sino que mientras tengamos
comida, nos permite vivir a nuestro antojo. Igual que el ya lejano Lost in
Blue, el juego cede al jugador toda responsabilidad de avance. Dependerá de la
personalidad de cada uno de nosotros el ser más temerario y lanzarse rápidamente
a explorar o, por el contrario, progresar poco a poco, hacer que los días
pasen, y adentrarse en los misterios de este mundo procedural para ver que
aguarda ahí fuera con paciencia y cautela.
Este título no consta con modo
online, pero tiene una versión que si que lo tiene, el Don’t starve Together en
esta otra versión al contrario que la original todos los personajes están desbloqueados
desde el principio por lo que la experiencia pierde todo el sentido, únicamente
el juego va enfocado hacia el multijugador tanto online como local.
parece un buen juego, me lo comprare
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